La secretaria general de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (CNUCYD), Rebeca Grynspan, advirtió este miércoles durante una rueda de prensa que la crisis alimentaria actual puede desembocar en una catástrofe de proporciones globales ya en el año 2023.

“El aumento de los costes energéticos y las restricciones comerciales en el suministro de fertilizantes procedentes de la región del mar Negro han hecho que los precios de los fertilizantes suban incluso más rápido que los de los alimentos”

“Si el actual conflicto en Ucrania se prolonga y los altos precios de los cereales y los fertilizantes persisten en la próxima temporada de siembra, la crisis actual podría extenderse […] a otros alimentos básicos como el arroz”, situación que afectará a miles de millones de personas”.

Grynspan reafirmó la postura de la ONU de que el mundo solo puede responder de manera eficiente a la actual emergencia alimentaria con el regreso al mercado internacional de los productos alimenticios procedentes de Ucrania, así como de la comida y los fertilizantes rusos. “Será fundamental restablecer la disponibilidad de fertilizantes, garantizar el acceso de los pequeños agricultores y controlar los suministros en todas partes durante los próximos 18 meses”, puntualizó.