El actor Shia LaBeouf (Indiana Jones y la Calavera de Cristal, Transformers), dijo este jueves, en conversación con el obispo Robert Barron, que se ha convertido al catolicismo. Shia se encuentra rodando una película en la que interpreta al padre Pío de Pietrelcina.

Para la producción de la película Shia ha estado conviviendo largamente con una comunidad de capuchinos en Italia, en la Puglia [Apulia], para empaparse del estilo de vida del santo. Esa convivencia ha sido decisiva en su conversión.

El actor se encontraba alejado del cine, pues estaba enfrentando diversos problemas personales. Fue acusado de maltrato por su novia, la cantante británica FKA Twigs, y tuvo que someterse a tratamiento por sus anteriores episodios de alcoholismo y estrés postraumático. Con la película sobre el padre Pío que protagoniza, ha vuelto a los escenarios.

Shia confesó que tuvo tendencias suicidas,

 “Cuando todo aquello pasó, ya no quería seguir viviendo. Sentí una vergüenza como no había experimentado nunca antes, ese tipo de vergüenza que hace que te olvides hasta de cómo se respira. Pero también tenía un profundo deseo de continuar”.

Sin embargo, su aceptación del papel del Padre Pío fue exclusivamente profesional. “No buscaba a Dios, me buscaba a mí y mi carrera. No tenía donde ir, era el último tren. No tenía donde ir… en todos los sentidos”, reconoce: “Ahora sé que Dios estaba utilizando mi ego para atraerme a Él, porque simultáneamente me estaba apartando de los deseos mundanos. Pero nada me habría impulsado a irme allí [al monasterio] si no hubiese pensado que tenía que salvar mi carrera”.

Luego de la aceptación del papel, comenzó a convivir con una comunidad de hermanos capuchinos, situación que le cambió la vida pues allí descubrió que había personas que habían ido mucho más lejos que él en el pecado y sin embargo habían reconducido su vida hacia Dios. Y, sobre todo, sintió que nadie intentaba obtener nada de él.

Gracias a este estancia con los franciscanos es que Shia ha conocido lo que realmente es la oración y menciona estar aprendiendo el rezo del Santo Rosario:

“Estoy aprendiendo a rezar el Rosario abre una pausa en mi cabeza. Hace la oración algo táctil, es una gran oración: me saca de lo cognitivo y me introduce en lo físico, y eso abre un paréntesis en mi continuo monólogo interior. Y lo hace presente: está aquí, lo tienes en la mano”.

A todo esto se sumó su propio estudio sobre la figura de San Pío de Pietrelcina. Sintió el peso de la responsabilidad de interpretarle, porque los franciscanos le habían pedido: “No le dejes mal. Él es lo único que tenemos”.

Además de la vida del fraile estigmatizado, le impresionó representarle diciendo Misa. Para ello asistió a Misa tradicional, la que decía el santo de Pietrelcina, fallecido en 1968:

“La Misa tradicional me afectó profundamente. Porque no se estaba haciendo como para venderme algo, sino como algo que me estaba introduciendo en algo muy especial. Activaba algo en mí, como que había encontrado algo”. 

En cuanto al latín, Shia piensa que “hay lenguajes de los que no necesitas conocer las palabras, y eso es lo que yo sentía al ver las misas del Padre Pío; experimentaba profundamente lo que allí estaba pasando, y eso es más potente que conocer todas y cada una de las palabras, porque te saca de lo intelectual y te introduce en el sentimiento y en la belleza” y no solo en el ámbito “racionalista y lógico de palabras, palabras, palabras“. “La misa tradicional me introduce en la esfera del sentimiento de lo sagrado a lo que te conectas, precisamente porque no sé lo que las palabras significan”, añade.