El último día de su visita a Canadá, el 29 de julio, el Papa Francisco se reunió con otros jesuitas en la ciudad de Quebec para hablar sobre diversos temas. El padre Antonio Spadaro, SJ, editor de La Civiltà Cattolica grabó la transcripción de la conversación.

El Papa fue cuestionado sobre “visión sinodal de la Iglesia”, Su Santidad rechazó el concepto de que “sinodal” era una forma de describir a la Iglesia, dando fe de que las dos palabras eran equivalentes.

“Mira, me molesta que se use el adjetivo ‘sinodal’ como si fuera la última solución rápida para la Iglesia”, dijo. 

Cuando se dice “Iglesia sinodal” la expresión es redundante: la Iglesia o es sinodal o no es Iglesia. Por eso hemos venido a un sínodo sobre la sinodalidad, para reiterar esto. 

Posteriormente el Papa se refirió a la tradición atacando una descripción de la tradición como “la memoria viva de los creyentes”.

La tradición es la vida de quienes nos han precedido y continúan. El tradicionalismo es su memoria muerta. De la raíz al fruto, en definitiva, ese es el camino. Debemos tomar como referencia el origen, no una experiencia histórica particular tomada como modelo perpetuo, como si tuviéramos que detenernos ahí. “Ayer se hizo así” se convierte en “siempre se ha hecho así”. ¡Pero esto es un paganismo de pensamiento!

Después otro jesuita interrogó al Santo Padre sobre lo que describió como “conflicto” sobre la liturgia.

“Cuando hay conflicto, la liturgia siempre es maltratada. En América Latina, hace treinta años, se produjeron monstruosas deformaciones litúrgicas. Luego cayeron en el lado opuesto con la ebriedad ‘indietrista’ de lo antiguo. Se estableció una división en la Iglesia”, dijo el Papa.