A la dirección del Camino Sinodal alemán le han llegado objeciones de diversos frentes las últimas semanas, mismas que han rechazado fervientemente.

A este respecto, la dirección del Colegio Filosófico-Teológico de Benedicto XVI en Heiligenkreuz acusó a la Vía Sinodal de «cuestionar radicalmente la comprensión sacramental del sacerdocio» porque los «terribles abusos de niños y jóvenes… se utilizan como palanca para cambiar o incluso socavar la estructura sacramental básica de la Iglesia y un sacerdocio sacramentalmente anclado»

Desde el Foro de Católicos Alemanes han advertido:

«No estamos dispuestos a aceptar que los obispos olviden el contenido de su voto solemne de consagración y cambien nuestro depósito de la fe, que hemos asumido de la Iglesia, para adaptarlo a los tiempos. Apoyamos unánimemente a los obispos que se mantienen fieles al juramento que han hecho y son verdaderos pastores, y no jornaleros de la corriente principal en el mundo».

El Foro de los Católicos Alemanes advierte de su preocupación porque existe un peligro real de cisma. De hecho, Magnus Striet, catedrático de Teología Fundamental en la Facultad Católica de Teología de la Universidad alemana de Friburgo, y uno de los principales impulsores de la desviación doctrinal de la asamblea sinodal alemana, dijo cínicamente:

«Se habla constantemente de un cisma inminente similar al desencadenado por Martín Lutero con sus críticas a la iglesia en el siglo XVI, pero los críticos no deben preocuparse de que se produzca un cisma. El cisma existe desde hace mucho tiempo. En muchos círculos católicos, la distancia entre la conciencia de los fieles y el credo vinculante establecido por el Magisterio de la Iglesia es tan pronunciada que ya no hay nada que reparar».

El Foro de Católicos Alemanes hace un llamamiento a todos los miembros del Camino Sinodal para que sean conscientes de las consecuencias de largo alcance de sus próximas decisiones:

«Por favor, manténganse firmes en los principios de la fe y no se desvíen del Evangelio en el esfuerzo por renovar la Iglesia.

El hecho de que en un futuro próximo muchas estructuras eclesiásticas de nuestro país se derrumben masivamente no será en absoluto el fin de la Iglesia católica en Alemania; de la crisis surgirá una Iglesia fiel y joven que viva la esperanza y la confianza cristianas, de hecho la alegría de los hijos de Dios».