La Diócesis de Arlington, Virginia, ha anunciado nuevas y severas restricciones contra la Misa Tradicional. La política de la diócesis entra en vigor el 8 de septiembre, fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María.

El obispo Michael Burbidge ha decidido eliminar 13 de los 21 lugares donde se celebraba la Misa Tradicional en su diócesis. De las ocho parroquias restantes a las que se les permite ofrecer la Misa Tradicional, también conocida como Forma Extraordinaria o usus antiquior, cinco solo pueden hacerlo en instalaciones escolares o edificios de iglesias más antiguos.

Quiénes aún podrán celebrarla se verán obligados a resolver ciertas condiciones adversas, por ejemplo la parroquia Saint John the Baptist serán relegados a un gimnasio escolar, mientras que los feligreses de Saint Patrick se verán obligados a celebrar la Misa en un pequeño edificio de la iglesia de la década de 1960, que actualmente no tiene bancos.

“Obligar a San Juan Bautista a celebrar una misa en latín en un gimnasio es un insulto tan gratuito para los fieles allí. Nunca he visto a una comunidad religiosa tratada de manera tan miserable por parte de las personas que se supone que deben cuidarla”, comentó Noah Peters, feligrés de San Juan.