El mes pasado, una foto de una sesión de “maternidad” se volvió viral. Representaba a dos hombres homosexuales tomados de la mano, sonriendo a los ojos, con una mujer joven embarazada con un vestido rojo en el fondo. La leyenda: “¡Hicimos una sesión de ‘maternidad’ y salió genial!” La mujer era una madre sustituta; le habían pagado para tener un hijo creado con esperma y una donante de óvulos para los dos hombres. 

Esto es solo una prueba del desorden social en que nos encontramos. Mujeres que ponen sus cuerpos al servicio de otros que no tienen la capacidad para engendrar la vida; mujeres que se mercantilizan como recipientes de gestación para los hijos de los ricos. Y niños que se ven reducidos a objetos que se pueden crear y comprar a pedido. 

Hay muchas historias de clientes insatisfechos que exigen que sus horrorizados sustitutos aborten uno o más de los niños no nacidos que ordenaron debido a una imperfección percibida en el pedido. Muchos niños comienzan su vida en una placa de petri y la terminan a través del aspirador de succión sangrienta del abortista. 

Un caso reciente es el de una pareja de homosexuales que está demandando a una clínica de FIV en Pasadena por no darles exactamente lo que querían:

Una pareja de hombres del mismo sexo está demandando a una clínica de fertilización in vitro de Pasadena, alegando que sus esperanzas de tener un hijo se vieron frustradas cuando un embrión femenino se  implantó incorrectamente  en su portadora gestacional y les nació una hija en 2021. Albert Saniger y Anthony Saniger presentó la demanda el viernes en el Tribunal Superior de Los Ángeles contra el Dr. Bradford A. Kolb, especialista en fertilidad y fertilidad de HRC, alegando incumplimiento de contrato, negligencia médica, negligencia, ocultación fraudulenta y violación de la Ley de Competencia Desleal y la Ley de Recursos Legales del Consumidor. La demanda busca daños no especificados. Informó NBC

Antes de “casarse” en 2013, los hombres habían decidido comprar dos hijos y aparentemente incluso eligieron sus nombres y (extrañamente) crearon cuentas de Gmail para ellos. Su demanda insiste en que habían especificado que “solo los embriones masculinos [serán] transferidos a la portadora gestacional y… pueden seleccionar los embriones exactos, que tenían un género identificado, para ser utilizados en cada transferencia”. 

La clínica de FIV en cuestión “se dirige específicamente” a las parejas homosexuales y está “dedicada a ayudar a la comunidad gay y lesbiana a lograr sus sueños de paternidad”.

Pero a pesar de haber pagado la suma de $300,000, no pudieron obtener el niño que deseaban, sino una niña. 

Si este par de desquiciados se hubiera salido con la suya, la habrían dejado en un congelador, donada para investigación o simplemente abandonada para siempre. Los dos hombres todavía esperan tener dos hijos, pero están iniciando la demanda para sufragar los costos de criar a su hija no deseada. Tal es el narcisismo de estos dos hombres que realmente creen que ellos son los agraviados en esta trágica situación, cuando en este caso la víctima es la niña.