Poco después de que la Corte Suprema derogara la sentencia Roe vs. Wade se supo del caso de una niña de 10 años que había sido violada, niña que era del estado de Ohio y había sido llevada a Indiana para que allí se le practicase un aborto, ya que con la derogación de la sentencia referida no podía practicársele en su lugar de origen.

Muchos cuestionaron la historia debido a la falta de detalles, la evidencia corroborante disponible públicamente, pero el 13 de julio las autoridades confirmaron que era cierto con la acusación de Gershon Fuentes, de 27 años, por el crimen. Según los informes, “confesó haber violado a la niña en al menos dos ocasiones”.

Posteriormente también se supo que Fuentes es un ciudadano guatemalteco que vive ilegalmente en los Estados Unidos.

El 14 de julio, la madre de la víctima le dijo a la reportera de Telemundo María Vargas-Pion que su hija estaba “bien” y que “todo” lo dicho en la prensa sobre Fuentes “es mentira”:

La siguiente información es que la madre tenía una relación amorosa con el violador de su hija. Los testigos identificaron a Fuentes como “su pareja”, diciendo que “ambos frecuentan el mismo club nocturno”.

Si bien aún se desconoce mucho sobre el caso, los observadores han sugerido que la revelación plantea la cuestión de si la niña fue realmente llevada a Indiana para abortar a fin de evitar identificar al novio de la madre como el violador. El fiscal general de Ohio, David Yost, sostiene que la ley de latidos cardíacos del estado habría dado a los médicos la discreción de decidir que un aborto era médicamente necesario debido a la edad de la niña.

“¿Por qué el niño permaneció en el hogar dos semanas completas después de que se denunciara la violación?” pregunta Jorge Bonilla del Media Research Center. 

“¿Qué otros horrores conoceremos para cuando esta historia se cuente por completo?”