Una corte del distrito de Osaka, en la zona oeste de Japón, sentenció que el mal llamado “matrimonio” gay es inconstitucional, ya que la Constitución japonesa establece que el matrimonio está compuesto por personas de sexos opuestos, es decir hombre y mujer.

Según informa la agencia Reuters, el caso fue presentado por tres parejas del mismo sexo, que alegaron que el impedimento a contraer matrimonio era inconstitucional.

Las parejas querían sostener su postura utilizando el artículo 14 de la Constitución, que se refiere a la igualdad de las personas y al derecho a la no discriminación en las relaciones políticas; sin embargo la corte expresó que, de acuerdo con el artículo 24 de la misma Constitución el matrimonio está “basado únicamente en el consentimiento mutuo de ambos sexos”, es decir hombre y mujer.

Japón es un ejemplo de que no se requiere imponer una agenda ideológica que pervierta a las personas para ser una potencia mundial y en el caso contrario; América Latina es un claro ejemplo que no por adoptar las posturas de las agendas globalistas progresistas se convierte una nación en primer mundo.

Aceptar y celebrar la inmoralidad sexual no es una señal de progreso y desarrollo, por lo contrario, es una señal de decadencia.