Defensores de la vida en México continúan compartiendo la verdad con las mujeres que enfrentan embarazos no planificados a pesar de que las agencias gubernamentales han confiscado unidades móviles equipadas para proporcionar a las madres imágenes de ultrasonido de sus bebés por nacer.

El 22 de diciembre, Jorge Serrano, del Comité Nacional Pro-Vida, informó a sus afiliados a Human Life International (HLI) que el gobierno abortista de la Ciudad de México había “sellado el recinto” del centro de atención primaria del embarazo de la organización y decomisado dos unidades móviles con equipos de ultrasonido.

En lugar de devolver el material confiscado, el gobierno ha insistido en que el centro pro vida actualice su registro de “centro de atención” a “centro médico”, argumentando que las ecografías son perjudiciales para las mujeres y que los médicos deben estar presentes para que se brinde ese servicio.

Mario Rojas, director de HLI para América Latina informó que los funcionarios que se llevaron las unidades móviles de ultrasonido eran de la Procuraduría de Protección a la Salud de la ciudad, que “no tiene ninguna responsabilidad real sobre el tipo de servicios que ofrecen los centros de embarazo en crisis”.

Las clínicas de atención, título bajo el cual se registran actualmente los centros pro-vida, existen para “dar consejos a las mujeres” haciéndoles ecografías.

“Lo que hacen es simplemente mostrar esa foto a las mujeres y aconsejarlas, ya sabes, sobre los peligros si deciden abortar o algo así”, dijo Rojas. “Y eso es. No hacen nada más. Pero el gobierno de México está diciendo que no, lo que estás haciendo, estás causando daño a las mujeres y a los niños por nacer porque el ultrasonido causó daños”.