El nuevo presidente electo de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés), el arzobispo Timothy Broglio, afirmó que existe un vínculo entre el escándalo de abuso sexual del clero que ha sacudido a la Iglesia en las últimas décadas y la presencia de sacerdotes homosexuales en sus filas.

En 2018 el arzobispo afirmó en una entrevista que

“No hay duda de que la crisis de abuso sexual por parte de sacerdotes en EE. UU. está directamente relacionada a la homosexualidad. [El noventa por ciento] de los abusados ​​eran niños mayores de 12 años. Eso ya no es pedofilia”.

En una conferencia de prensa poco después de su elección el martes, el arzobispo indicó que sigue manteniendo su declaración de 2018. “Ciertamente es un aspecto de la crisis sexual que no se puede negar”.

“Eso ciertamente no es para señalar con el dedo a nadie”, continuó, “pero creo que sería ingenuo sugerir que no hay relación entre los dos”.

Los periodistas católicos de izquierda y los activistas LGBT dentro de la Iglesia se apresuraron a expresar su consternación por la elección de Broglio e intentaron desacreditar su declaración, alegando que tal vínculo nunca se ha probado.

Las afirmaciones de que los estudios profesionales han encontrado que el clero homosexual no es la principal fuente de abuso sexual por parte del clero se basan en interpretaciones erróneas del Informe John Jay.  Si bien la homosexualidad no se identificó en el informe como la causa del abuso, la gran mayoría de los casos de abuso se cometieron contra hombres jóvenes.